lunes, 23 de julio de 2012

Cria y Reproducción V


ABANDONO DE HUEVOS

Las ninfas (carolinas) que son demasiado jóvenes o inexpertas a veces no llevan a cabo como se debe las tareas de incubación. Una hembra puede morir después de poner los huevos. Uno de los cónyuges puede no participar en la incubación. Si no encuentra a unos padres adoptivos adecuados para seguir con el proceso de incubación, lo mejor es disponer de una incubadora. La incubación artificial de huevos no plantea ninguna dificultad; en cambio, la alimentación a mano de los polluelos recién salidos del huevo consumirá muchísimo tiempo, acabando a menudo con la paciencia de uno y siendo causa de muchas noches sin dormir.
LA INCUBADORA

Existen varios tipos de incubadoras en el mercado. De todos ellos, el mejor para un avicultor es el que se conoce como incubadora de aire forzado. Hay distintos modelos y precios. Una buena incubadora es la Marsh-Lyon Model T. S. 1 water termostad Unit (fabricada por la Lyon Electric Company de San Diego, California). El principal requisito para una incubadora, sea cual sea el modelo, es que tenga un termostato eficaz.
La incubadora debe colocarse sobre una base sólida en una zona donde las fluctuaciones de temperatura sean mínimas. Si la incubadora esta colocada al sol, podría convertirse en un horno en un santiamén. El termostato debe fijarse a 37,5º C con una humedad de 68%. Antes de colocar agua en la incubadora, compruebe la humedad de la habitación, que con frecuencia es más alta de lo que usted pueda imaginarse. Cuanto más alta sea la humedad fuera de la incubadora, menor será la cantidad de agua en el depósito de la incubadora.
LÁMPARA DE INSPECCIÓN DE HUEVOS
Además de la incubadora es recomendable adquirir una lámpara para inspeccionar los huevos y comprobar si son fértiles. Una luz de flash potente también puede servir. Sujete el huevo con cuidado entre el pulgar y el índice, o en una cuchara de huevos transparente, y haga brillar la luz del flash sobre la cáscara. Si el huevo es fértil, vera una mancha roja circular (embrión) de la que irradian venas de sangre. Se ha oído decir a algunos aficionados que se asemeja a una tela de araña con una araña gorda en medio. En un huevo estéril no aparece esta mancha.
LA INCUBACIÓN DE LOS HUEVOS
Los huevos colocados en una incubadora deben ser inspeccionados para ver si tienen alguna pequeña fisura o señal de golpe. Los huevos manchados con excrementos no deben lavarse porque pueden bloquearse más poros con bacterias. En los casos serios, se puede utilizar un papel de lija muy fino, pero se corren grandes riesgos, incluyendo la rotura total del huevo. En general los huevos sucios no plantean problemas, y se lavan solo en circunstancias especiales. Las fisuras y pequeñas cascaduras pueden repararse con esmalte de uñas transparentes.
Los huevos que han sido abandonados por un tiempo (especialmente aquellos que provienen de un aviario de exterior) se enfrían. No introduzca dichos huevos directamente en la incubadora, sino que colóquelos sobre un lecho de algodón en rama en una cajita y guárdelos en la habitación donde tenga la incubadora. Después de unas horas, coloque los huevos en la incubadora. Si todo va bien, el periodo de incubación será de 17 a 22 días. Por razones obvias, debe guardar un registro de las aves, y cuando llegue el decimoséptimo día, debe estar especialmente alerta por si lo huevos eclosionan. Diez días después de poner los huevos en la incubadora, se le aplica la luz de la lámpara citada en el apartado anterior para ver si alguno es estéril. Se hace una señal en los huevos estériles y se comprueban de nuevo cuatro días más tarde; si todavía son estériles, puede deshacerse de ellos.
A fin de evitar las infecciones deben manejarse los huevos siempre con las manos limpias. Evite también exponerlos a la luz de la lámpara durante demasiado tiempo, ya que el calor generado puede ser peligroso para el desarrollo del embrión. Después del decimosexto día, deje de darle la vuelta a los huevos y añada agua a ala incubadora para asegurarse de que la humedad se mantiene por encima del 70%. La investigación ha demostrado que esto facilita la eclosión.
LA ECLOSIÓN
Si la incubadora dispone de una tapa transparente, podrá observar la maravilla de la eclosión desde cerca. Si emerge un polluelo activo con un cuerpo de color rosado tirando a rojo, tiene usted un ave sana. Algunos polluelos salen del cascaron en muy poco tiempo, mientras que otros pueden tomarse hasta 40 horas para emerger. Si alguno tarda más, examínelo de cerca pero no se apresure a intervenir. Si actúa demasiado pronto, el polluelo puede morir.

Si el recién nacido presenta un aspecto pálido y blancuzco, con restos de yema adheridos todavía a su vientre, ha actuado demasiado pronto y dicho polluelo está condenado. Si sospecha que un embrión es débil, no se moleste en ayudarlo a nacer, porque un ave demasiado débil para romper el cascarón normalmente vivirá un día o dos y no podrá hacerse nada para evitar que muera.
Suponga que tiene un huevo del cual sospecha que un polluelo es incapaz de liberarse. Los días de incubación han pasado y el huevo debería estar listo para eclosionar. Esta esperando que emerja un polluelo totalmente sano pero no ocurre nada en tal caso se sigue el método del experto en periquitos Gerald S. Binks, descrito en su fascinante libro Best in Show. Binks ha preparado una tabla para guiar la decisión sobre si intervenir o no:
Sugiere poner el huevo en cuestión en una toalla de baño gruesa precalentada, con la parte del huevo que esté agrietada lo más cara a usted que sea posible. Corte una circunferencia alrededor de la fisura con una cerilla de madera afilada. Asegúrese de corta a través de la membrana que está bajo la cáscara. Verá un poco de sangre en el proceso, pero si ha medido el tiempo correctamente y todo lo demás va según lo planeado, habrá usted ayudado a traer al mundo un polluelo sano (véase la tabla).

No hay comentarios: